martes, 20 de abril de 2010

Ascenso al Cerro el Chino, Volcán de Pacaya...

Como siempre, atendiendo a la invitación extendida por los compañeros ciclomontañistas Tremos MTB Team Guatemala, nos aventuramos a acompañarlos en el Ascenso que prometía mucho.
Siendo recibidos siempre con una sonrisa, saludos, apretones de mano, abrazos... el ciclismo ha dejado de ser un simple deporte y se ha convertido en un lazo estrecho, que nos hace ser hermanos del ciclismo.

Las demostraciones de afecto al momento de practicar este bello deporte van desde una mirada, hasta el grito de ánimo, los gestos de preocupación por una caída, la constante pregunta hacia el compañero ¿como vas?, el compartir un alimento a algún compañero con una notable baja de energía, todo esto lo vemos siempre los domingos que nos pegamos a nuestros compañeros bicicleteros Tremos.

Las rutas, siempre son de otro nivel, con sorpresas increíbles, con ascensos para sacar la lengua, tan extremos que toca cargar a nuestra compañera... la cleta. Así como veredas sacadas de películas de extraterrestres... en este caso.. un escenario marciano, por ser terreno volcánico.

El ascenso lo puedo describir como un viaje hacia otra dimensión... por el tipo de concentración al que se debe acceder para no derrumbarse mentalmente, el continuo esfuerzo físico, la exigencia de fuerza, cerebro y habilidad para lograr sortear el terreno suelto, la búsqueda del mejor camino para ascender, con los pedalazos en falso, las piedras, arena... la pendiente del terreno... todo un deleite para quienes disfrutamos de retos de alto nivel.

El consumo de energías en el ascenso fue bien pagado... con el inicio del descenso... un resbaladero increíble... no hay otra descripción ni palabras que hagan imaginarse la sensación de descender montado sobre ese terreno... podría hacer una analogía, y decir que es como andar en lancha... una sensación de suavidad... lo que el terreno suelto se comía las llantas... el simple hecho de frenar, hacía que arrastráramos el terreno, el dejar rodar las ruedas y tomar un poco de velocidad elevaba al máximo la adrenalina... teniendo un efecto increíble... agudizando los 5 sentidos... sintiendo el oxígeno ingresar al respirar... escuchar el crujido del tipo de suelo al pasar las llantas... la vista puesta en la mejor ruta... el olfato sintiendo la humedad de la niebla que por ratos nos cubría la visibilidad, y culminando el resbaladero una grada, la guinda que adorna el pastel, simplemente todo un reto técnico.

(Foto tomada por Tremo Gio "Nelson Lucas")
Dejamos el resbaladero para adentrarnos a veredas... el terreno era otro, bien apelmazado, pero la dificultad era puesta por piedras salidas, árboles, arbustos y raíces expuestas que hacían gradas, ganchos... todo lo necesario para ser un descenso inolvidable... como le dije a "Bladi" ... "este es el mejor descenso que he hecho en mi vida"... las endorfinas daban una sensación de SATISFACCIÓN TOTAL, un sentimiento indescriptible... me comprenderán solamente quienes se aventuraron a hacer todo el descenso sobre la compañera de aleaciones especiales.
(Foto tomada por Tremo Gio "Nelson Lucas")
En los ganchos cerca de uno de los miradores, eran la parte más técnica del descenso... se necesitaba hacer buen juego con los 2 frenos, mucho equilibrio, concentración y perder el miedo.

Culminamos la primer parte del descenso en San Francisco de Sales... lugar en el cual note un pinchazo en mi caballito de aluminio. Al chequear la llanta encontré una espina que atravesaba la llanta así como el tubo.

Después de una reparación que tomo más tiempo del esperado, y con la amenaza inminente de mojarnos por la lluvia, continuamos... esta vez la meta final... llegar a donde la aventura había iniciado... Amatitlán, el descenso que ya conocíamos puesto que lo hicimos en la primera vez que nos adheríamos al grupo Tremo en un colazo, lo hicimos rápido, sin mayor interrupción por la amenaza de lluvia.

Al terminar el descenso de las veredas y llegar el camino pavimentado/asfaltado/adoquinado... la lluvia nos tomaba... haciéndonos tenerle alto respeto al camino, frenar más y tomar con precaución las vueltas.

Llegamos sin novedad a donde todo había iniciado... al parqueo de Asiole, un poco mojados, pero totalmente satisfechos.

Las Fotos:

Ha sido un gusto hacer lo posible por describir un par de sensaciones vividas, esperando no aburrirles con tanta palabrería, pero este colazo es memorable.

Saludos y hasta la próxima.
Att. Wosbe.
ciclismosumpango@gmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por la compañia muchachos y por ayudar a engrandecer nuestro maravilloso deporte del MTB, hasta la proxima!!! muy buenas fotos y elocuente relato, adelante.